Quien supiera que hubiese pasado
o está por pasar,
hoy es un constante aún,
miel de capullo andino,
ave prudente, trigal azul.
Mujer, tu alegría atravesó
por ti vuelo a la flor
y la insignificancia del propio cuerpo
alcanza otra dimensión,
aunque se nublaran los ojos
contigo las cosas duelen menos,
con la firmeza de tu compañía
hasta se componen.

Un grito eterno pediría auxilio al mundo
si no fuera por ti, mujer,
el cosmos no tendría noche, día
luz ni sombra, tampoco corazón
ni conocería de belleza y fantasía.
En mi anida el afecto
esperanza, fe, alma,
vences cuanto misterio hay
entre el cielo y la mar.
Por ti mujer, puedo decir
este momento es sólo tuyo y mío
o este viaje es el más hermoso
y ver sobre las sombras de los árboles
el manto de estrellas que ofrece el firmamento.
Mujer me enseñaste a recibir

en relámpagos tu amor
y mis manos por ti
no acarician el abandono.
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