Levanté los párpados
como la mañana al sol,
tus labios de melón
refrescan mi vida,
entre tanto, enero rasga el tiempo,
por fuego, por raíz, por tanteo,
con todo lo marchado es hoy,
con el ave azul será mañana.
La vetusta duracion del agua,
se desfecha en los mares del medio día,
de la tarde, de nuestra noche,
y se confecciona un fresco distinto
en pleno verano Sub-Ecuatorial.
Amo la greda que sustentan tus manos,
el agua está despierta en ellas,
con su mirada de amor perdurable,
aquel que nos alimenta.
Amo el período de las proposiciones,
de los momentos fragmentados,
que me llevan a acariciar lo concreto,
eso que fecunda prodigios,
eso que hace, que
sólo el amor se coma andando
con los zapatos empolvados
si no descalzos con la arcilla que sujeta.
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