Transito dentro, muy dentro
del día deshecho
de la incalculable oscuridad,
del serpenteante silencio,
Aún es un claro atardecer
para contemplarme, te miro,
totalmente miel como la noche,
la mar se fractura en olas, en gotas
de lluvia con la luz en ramilletes.
Para sobrevivirnos retornan a la superficie
nuestras fuerzas ocultas
dentro de un capullo, de un puente,
cuerpo piel de durazno, labios de sidra,
segura sed, pechos de tierra y flama,
ganas no por ganar sino porque las hay,
de ti quiero todas las notas
de la melodía infinita y el cantar de las flores
concebimos satisfaccion,
entre señales de libertad,
intermitentes luces de latidos.
Alrededor mio tus caderas
pasteurizadas me ciñen,
en tus ojos de cosmos
donde se fijan mis besos,
donde se humecta mi ser,
se doblan los campos de cebada
con el viento de cara,
en ti, la tierra vive su mejor mañana
de la que quiero todo.
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