Cierto, olvidé que tú eres mi sangre,
filtraste cuanto dejaban las rabietas.
Cuando las venas son ríos
y el corazón una ocre hamaca.
Navegar y navegar jugando con el viento
sin importar que sea veloz, pausada,
sabes cada uno de mis recovecos,
y pintaste uno a uno mis lunares,
has andado en mi como por tu casa
con los pies completos, desnudos,
con los sueños de lo que mañana será,
has tomado los atajos
con tu traje de ternura y luz agitada,
me has sonrojado, por un par de ojos,
que son como el cielo y la cantidad,
oxidaste todo lo duro que había,
y escapaste un poco por alguna herida.
Mientras desbarato la canción conclusa,
con la composición de un inédito hoy,
has subido hasta mi pecho,
¡y vaya! el sobresalto
estaba ocupado de latidos,
entrando y saliendo
en fuertes empujes y vertidos
dilatando, contrayendo,
¡y viste! estaba rebosante de ti.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario