Ni invariablemente, ni nunca más
¿Nos quedamos con el ahora cuidadoso?
o nos sacamos los zapatos
para que nos pinchemos los pies.
Tú mirada oceánica se ha inmolado
en la apretura arqueada de mis besos,
los tuyos son el oleaje y en la cresta la luna,
Desciendo a las profundidades bajo tus párpados,
por las corrientes del amor declaro la pureza.
Destejo las redes que nos puedan atrapar,
mimo en tus labios la alegría,
mientras ato tus latidos a los míos,

con ellos caducaremos la noche,
llenaremos los vacíos,
contra la dura orilla golpeamos incesantes,
en el resplandor de la superficie reflejamos,
lígame al vaivén simple de la ternura,
a la constancia que en tu talle vive,
con el aleteo de una ave añil sumergida,
con la miel que se diluye en la mar,
no me basta con ser antagónico
cuando es posible encuentros eternos.
Agradezco a Marian por las imágenes
que valen mas que mil palabras.
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