
En mi escueto mundo
de cortos hechos,
memorizo las mejores cosas
en el ámbito de la nostalgia
para luego recordarlas
despacito y con ternura.
En este caso el viento
no empuja ofertas,
ir para adelante resulta difícil,

y para atrás imposible.
Alentado levanto la mirada al cielo
sin nubes me da un vistazo despreocupado,
una sencilla cuerdita me sujeta
como si fuera un poderosa cadena,
los ojos arden por la intensa claridad,

el aroma de las cimas de las hortensias
cuando escucho el aleteo azul de sus párpados,
yo le llamo mi lago, aunque alcen vuelo,
reflejando la blanca desnudez de la luna,
y el brillo de cuantas estrellas,
bato mis palmas encantado
Pero hay que estar en silencio
para absorber todo el resplandor
salvaje de la noche,
para oír la música de la vida,
amo el instante que vivo,
aunque no tengo la verdad, la tengo.
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