Tu corazón,
me parece un mejillón
huyendo de mi en la playa,
tiene una porción de dudas
otra de vaivén,
un racimo de entrega
y lo que queda de engaños.
El mio se extravió en abril,
y lo ubicaron empapado
bajo la laguna con luces de argón,
él regresó blindado
como un cayo.
Mis entrañas se prolongan,
bajan y testan en la ciudad
de la revancha.
Las mirada se enganchan,
mis latidos necesitan ver
como nos bajamos las bragas
pubis de diamelas, torsos curvaturados
algunos vocablos flemáticos,
cuerpos de dermis, de hiedra
de calostro afanoso y seguro,
labrador de estrellas y universos,
tenedores de las cabeceras
en el lado de las astillas celestes,
tu por no hablar y yo por mi
silencio prolongado,
corazón, tu sabes bien
por donde viene la mañana,
donde persiste la ternura
hacia donde sopla tu aliento, criatura.
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