Sé en que parte de esta historia,
entendí la demostración vital.
No se me escapa ni un lucero
cuando veo tu mirar,
vuelvo a podar la cabellera
cruzando la frontera
entre la tierra y la razón.
Y tu eres el retoño del océano,
pariente del geranio,
quiero saber si entre tus piernas,
de ese cuerpo de agua limpia
en medio de la danza
está la clave del misterio,
o solo una flor con la que
me escapo del suelo,
al viento van tus manos
escogidas y diversas,
para posarse en la greda,
germinar orbe y oleaje
también semejanzas,
dulces y turquesas,
azul con sal yodada,
cuando admites todo lo que existe,
hortalizas, granos, almidón,
mi amor, tu corazón.
Te encontré en mi blogg , que hermosa poesía, cuantas imágenes bellas,
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