jueves, 31 de julio de 2014

Acordes y algo mas






Los acordes se soltaban

uno tras otro, de un cautiverio

de tiempos áridos y anhelos perentorios,

esparciéndose en el aire a pedazos,

flotando, impactando antes de caer,

algunas gotas febriles de finales de julio

reducían la pieza donde empecé a soñar,

las triadas mayores se entretejen con las menores

sin llegar a ser la trenza francesa

que  estira la piel del rostro

mostrando un fragmento de la mañana,

¿que impide que puedas verme

mientras el resplandor desdibujaba tu perfil?

Pero cuando suenan los menores,

un terremoto estático separa  la tarde del día,

la misma calle que va, viene,

dejando un retablo de buganvilias, 

un ir encogiéndose de hombros

y un retorno inodoro, con las figuras

del campo sobre el cielo,

ahí viene una séptima que baja por las escaleras

cansada de la orilla donde duerme la vida,

con un ritmo que sin ser africano, tampoco es andino,

hay una negra con corcheas y algunos silencios de ella,

hay dos negras, una blanca,  buscando su destino.










miércoles, 30 de julio de 2014

Ayer que es todavía







A los momentos de los bosques

de la libertad, le suceden

la fiebre de la construcción

con un tanto de lavado de activos.

La población entregada

enteramente al aire que la penetra.

No se puede alcanzar

la dicha de los pueblos

en el primer intento.

La luna vino a la tierra,

a la calle conmigo en sus manos,

con sus tenues rayos reflejos

como el eco de tus pasos

devueltos por la mañana,

el hombre la ve ¿ves?

El hombre la está viendo.

El que tiene oídos para oír

los oye, definiendo el camino,

para no dejar el calzado

en la profundidad de la huella,

puede que percibir a corazón sensato

sea tan ridículo como el colibrí,

para las emociones están,

las agendas sin lugar para ellos,

las tarjetas con versos de otros,

los hábitat jardines de hierro.

Apocalípticas movilizaciones

de una catástrofe,

pueda que tenga asidero

que al virus, como es solo información,

no se le pueda dar muerte,

que la guerra contra el narcotráfico

está perdida, claro de ese modo

hay menos humanos con capacidad

de ver en otros algo emocionante,

hay que demorar  lo que se pueda

en perder la alienación,

la estupidez y la bondad nunca se llevaron,

le di un puntapié al dos mil catorce,

a los voluntarios del cuerpo de paz

les dan su mesada por cajeros automáticos,

con los hilos que tengo tejo, lo que tejo,

a lo que no se puede quitar

un ayer que es todavía.


Luna de flores

En conjunción la luna, el ulular de la lechuza, las buganvilias de color abstracto,  su torso de hogaza y la noche de barro. Las translúc...