Es claro que la muerte no está viva
aunque Tánatos es analfabeto
y nos acompaña sin Alzheimer ,
tiene muchos rostros vigentes
en gran mayoría cara pálidas.
Cuando se proclama
el nombre del difunto,
este simplemente responde
con más
dolor y ausencia.
Que ánimo por seguir luchando,
parece que la civilización
entereza
ante la muerte,
a pesar de los muchos razonamientos
moldeados a través de los tiempos,
para explicársela perspicazmente
Prólogo a la muerte I
Introducción a la muerte II,
qué ánimo el de Cáncer
por ser Acuario y el de Aries
por ser caballo.
¿Acaso ya nació el último mortal?
Los motivos que nos apartan
son incontables,
los temores, las prótesis bancarias,
los matices que reflejamos,
las banderas ondeadas,
las fronteras surrealistas,
con el perdón de Dalí,
en contraste, la muerte
nos cierra sin distingo los párpados
y cualquier otra ambición,
la ley distributiva se cumple
con exactitud, sin cábala.
Qué ánimo de la carne por ser eterna,
había que convencerse aun
que la muerte no era un fin
a la que se entraba desde la vida,
con el aval recibido
a este lado de la barricada.
Para algunos el tránsito,
el esfuerzo por deambular
trae más zozobra
que la misma muerte.
Que los muertos entierren
a sus muertos.
Qué ánimo del puñalito
por ser pan, de la luna
a la ventana donde
ya nadie espera,
es indudable que a pesar
de no estar viva,
está muy ajetreada,
y tiene increíblemente muchas
reservas y vitalidad,
e inexorablemente se acerca
con el latir de los relojes ,
en procesiones,
en desfiles por fiestas patrias,
en las organizaciones de naciones,
así es ella, como Robespierre
incorruptible pero sin cabeza que ruede.
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