Al borde del mar de juncos
Por las escalas, ¡sin miedo!, por las escalas.
García Lorca
vivían mil mujeres,
¿serían las mismas vírgenes del sol?
cómo es que me equivoco
con tanta certeza,
cómo es que doy con tanta exactitud.
Cómo se puede estar parado al borde
del mar de juncos en el momento
Torsos apegados a sus fogatas
mi corazón palabras en el rostro
trópico del unicornio incoloro,
no vale la pena venir de tan lejos
para ver la revolución por la ventana,
mundo fulminante suspendido.
El invierno con sol deja de ser invierno,
y mis latidos son las de un niño
dominguero,
en los ficus resuena el viento,
las ardillas corren por los cables,
el amor ¿cabrá en un monedero?
Eclíptica de las esferas habitadas,
tienen apetito las tareas,
aliento frío en las montañas,
O solo se estiró a los puntos cardinales.
Aspirar al presente
desde el pasado inmediato
suena incongruente pero real ,
en la mar un calamar huye,
mientras fluctúa su color,
constantemente machacado,
jazmines en el pelo
y tu cara sonrosas,
cuando la noche sin oscuridad
se rebate desde el cosmos.
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