Quiero que tu sabor me mire.
Uno tras otro los segundos
entraban en sueño,
sin perder los matices
ni la osadía, ni La única flor
de la pradera encendida
por su propia luz,
ni su mirada prismática
aunque se dejara de ver,
felices
los párpados cerrados.
Los minutos se cubrían la cabeza
por el tiempo que nos junta
inexorablemente en la luna.
esa esfera de anhelos y no se que mas
que brilla con tu amor y el mio.
Yo sueño, tu señas
nosotros soñamos y Morfeo
poco a poco me has querido,
¿cómo es que estás en mis sueños?
Si estas horas alguien
las hubiera hecho, las reconocería,
solo el ensueño estaba aquí
el resto había dejado de pertenecerme.
sin alcanzar ver mis pasos, andaba
campos de Lima, soles apagados,
cuando las sombras quieran ser colores,
a ritmo de sones y semillas,
cuidad sola espiral y vértigo,
se envuelve en el silencio
de algún pasajero noctámbulo,
mientras yo sueño, tu sueñas
y vaya a saber, si todos soñáramos,
la lechuza cuenta la leyenda
aunque sea masculino,
y le pregunto como si respondiera
entre los dormidos que mueren sanos.
Si volviera la cabeza quizás te miraría
entre los minutos, los segundos y las
horas.
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