En esta jornada de cielo neblinoso,
reivindicante día donde moran
tantos días con sus respectivas noches,
cazador de mí mismo, siempre acendro
en fusión al frío mañanero,
vivir es bueno y soñar mejor
despertar es incomparable
y ver tu mirada incodificable.
Madre, compañía, mujer
giran los hoyos legítimos,
acelerados por nuestras voluntades,
sin necesidad de interrupción ni distancia,
hasta aquí lo que puede saberse,
luego el furor y el estruendo,
labios cerrados por vetustas sombras,
ahora se estrechan otros días factibles
¿sellamos nuestras inquietudes con saliva?
ese bendito fluido donde comienza todo,
y hace brotar flores sobre los niños,
basta sentir el pulso del amor presente,
días de tantos otros días,
de los más diurnos y matutinos
quizás necesitemos de las constelaciones
o del ángulo del sol sobre las sombras
quizás nos demos de cara con la libertad,
en disfrutes a duras penas,
entre selvas vírgenes precipitadas
y algún perfil de papas humeantes,
pero verás que no todo se ha ido,
agua en la piedra voz en la brisa,
un día al fin con toda su noche.
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