Mi soledad sin alto,
la perspectiva de mi pecho
en flama, sometido al llanto
porque si no, no lacta.
La tilde escudriña expresiones
a las que darle fuerza
y se cruza de manos
para no ver oasis
sobre las sábana blancas.
entre tus piernas
y despertar entre tus ojos
imantados con los míos,
recibir de tus labios
el sol de la mañana,
para hallar la calma
después de una noche de refriega,
siempre prendido del sueño
donde nadie es el dueño
aunque de tu ojos esclavo
es como serlo del cielo.
Soñaba con una revolución
distinta y fue el titubeo
el que me indujo al disparate,
Casi, casi olvido
por amarme tanto
que soy mi propio adversario,
vestido para que el atuendo
no oliera a disfraz,
nos destapamos para
conocernos el alma.
Corro, corro del olimpo
serpenteado como Forrest Gump,
para no morderte la boca
Un hermoso poema con buen ritmo y un toque sensual muy especial...
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