en mis ojos,
las ramas sin hojas se elevan
como dedos instalados y
huesudos suplicantes a la gloria,
el tiempo aun sigue pasando
para los dos.
Vaga, aligerate, juguetea déjate llevar
por las almas australes,
por las barbas blanquecinas,
por los colores vitales,
hoy regresa el frío con sus pasos
insensibles, universo en espera,
las aceitunas se arrugaron con el sol.
En un perfil de rosas
sangre agónica de plata
callos de zurdas yemas
flujo de manantial sereno,
trémulo viento de azulejos,
tierra de promisión
océano que aflojas
el atamiento de las cosas,
renovadora demanda
si la oferta eres tú,
tantas cosas creadas por la palabra,
cuando la noche de pimientos,
llaman temblando al cristal
de los balcones azulados,
No hay comentarios.:
Publicar un comentario