Tu risa me sonreía,
con magia de rocanrroles,
sin ser noche, sin ser día
ni calle curvada, ni isla abandonada
La luna vuelta a dibujar
como fina daga de plata
sobre la lúgubre muerte del día.
Quiere el hombre declarar
su presencia ínfima
ante la cruz del sur y las tres marías
La mar poseedora de
su ritmo
ahora por fin en contrapunto,
ella viene, yo voy,
en la inmensidad próxima
lo que tu mano tiene
cada cual debía fingirse a sí mismo
sorteando remolinos y raudales
más allá de los bienes y los males,
cuando recibo el sol de tu verso
soy viajero de mis años olor a azahar,
que lleva a la espalda una rosa de fuego
de vuelta a la morada de los prevalecientes
de los que creen en algo.
Nada espero de los que nada esperan.
Por la ventana entraba una porción de calle,
de cielo, de árboles, que se mecen
al compás del ritmo del universo.
Tu boca me sonríe con lo que había
de aceptarse y rechazarse,
nunca tan cerca los
ojos
para no confundir sus luces.
A veces una sonrisa encierra miles de lagrimas....
ResponderBorrarGracias por ser mi amigo del alma ...