Fluido vacilante, espumando
márgenes de cuerpos y rocas,
por ti la mar inventa la sal,
escribe nubes en el cielo
que avanzan para llover en tu casa.
las horas se quedaron sin cautivo,
sin bemoles ni sostenidos,
Tus cabellos y tu mirada
desalojaron a los precarios
habitantes de mí mismo,
con la brisa perfumada de alta mar
pregona la delicada calidad de su lindura,
descubre el hilo de un cristalino día
en manantiales de venas celeste,
en el jardín que concibe,
bajo el sol las palabras siguen
y en ella la luna se baña
flor descubierta que asciende
por peldaños de chubascos,
alguna vez dijiste en la mejilla
pero con tanto abrigo
solo alcanzo a besar la caperuza,
hoy sueño contigo
y no de soñar dormido
si no de vivir en tu mirada
como si en el cielo lo hiciera.
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